domingo, 25 de agosto de 2013

Primer esbozo del concepto de literatura infantil

La Literatura Infantil como concepto, es muy difícil de definir. Para intentar facilitarlo, tomé como referencia las definiciones que presenta la RAE. La “literatura” la define como “arte que emplea como medio de expresión una lengua”, y también como “teoría de las composiciones literarias.” En el caso del concepto “infantil”, dice “perteneciente o relativo a la infancia.” Si se aplican estos conceptos, se debería entender la Literatura Infantil como “las composiciones literarias artísticas que emplea una lengua determinada de forma escrita y oral, destinadas, relativas o de interés para los infantes.” Según esta definición (absolutamente intuitiva), se hacen trascendentales los escritores y las editoriales, ya que desde ahí se genera, de la forma adecuada o no, esta literatura.
Desde este punto de vista, puedo hacer la reflexión, de que la literatura infantil me ha acompañado gran parte de mi vida, puesto que durante mi período escolar “debí leer” textos solicitados por los profesores, y posteriormente, continúe con estas lecturas durante mis etapas universitaria y laboral.
En relación a lo anterior, mis primeros acercamientos a la literatura infantil se deben las lecturas y relatos de mis papás. Al avanzar el tiempo y en el ingreso a la educación formal, mi acercamiento a la literatura infantil fue principalmente en el jardín y la escuela. En esta etapa, recuerdo la lectura “obligatoria” de la escuela, cuando leí todo lo que se me pedía. Pero de los libros que “tuve” que leer para la escuela, recuerdo con agrado “Trece casos misteriosos” de Jacqueline Balcells y Ana María Güiraldes. En el caso de los libros que “decidí” leer durante las vacaciones de verano, recuerdo varios libros de cuentos sobre “Sherlock Holmes”, de Arthur Conan Doyle. Pero mi mayor
Pero sin duda alguna, mi relación con la literatura infantil, desde el punto de vista del afecto y del mayor placer, se ha gestado en mi vida como madre, como mediadora entre mi hijo y los libros. Al comenzar mi etapa laboral, tuve la posibilidad de relacionarme más con la literatura infantil, dado que en las bibliotecas escolares en las que trabajo, los libros de son de alta calidad y de mucha variedad. Desde aquí he podido acercarme con mayor claridad a la dimensión artística de la LIJ, principalmente al conocer los libros álbum, en donde la calidad de la imágenes y del texto, cobran igual relevancia.
Así es como, al convertirme en mediadora de la lectura de literatura infantil, he podido conocer productores, tanto escritores como editoriales, que me han cambiado la percepción de la literatura como un medio educacional de transmisión de la moral y el “deber ser”, sino que me ahora he abierto mi mente a una nueva forma de comprender la literatura infantil, entendiéndolos como textos complejos y ensalzados con un gran contenido estético. Desde este punto de vista, la nueva LIJ ya no se centra en el lector como un simple receptor del mensaje que quiere transmitir la ideología de una institución, sino que se centra en los lectores infantiles como seres más complejos, capaces de apreciar un arte y de comprender textos complejos, pues entienden que son ellos los principales receptores, y en última instancia, los jueces de esta literatura.


El primer libro que decidí leer


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